viernes, 15 de noviembre de 2013

La megalómana ciudad de Hitler

La idea de convertir Berlín en capital europea, e incluso mundial, llevaba fermentándose desde el ascenso del nacional-socialismo al poder en Alemania. Hitler veía Berlín como una ciudad decadente y sucia no apta para ser capital del Reich. Ya desde el año 1933 se empezaron a construir nuevos edificios y a replanificar el urbanismo de la capital. Unos años más tarde Albert Speer regaló, con motivo del cumpleaños del fürher, una serie de maquetas y proyectos de proporciones titánicas para el futuro de la ciudad. Irónicamente esta futura grandeza resultaba ridículamente irrealizable, por lo que los arquitectos e ingenieros tuvieron quebraderos de cabeza al empezar a levantar las pocas construcciones que se realizaron. Se proyectó la Gran Avenida Axial que serviría como eje vertebrador de la ciudad flanqueada por decenas de edificios gubernamentales. Se calculó que tendría 50 km de este a oeste y 40 km de norte a sur y estaría decorada por miles de farolas también diseñadas por Speer. Uno de los extremos culminaría en el Arco del Triunfo de Hitler (99 m altura x 87 m de ancho)  en donde se inscribirían los nombre de los caídos durante la I Guerra Mundial, cuyo interior podría albergar el Arco de Triunfo de París. Junto a él se levantaría el parlamento más grande del mundo con 1200 escaños. La remodelación urbana no acabaría ahí. En el otro extremo se construiría la Gran Sala (Kuppelhalle) con una inmensa cúpula recubierta de cobre (la Große Halle) de 315 metros de altura diseñada por Hitler. En la cúspide se situaría un águila con un globo terráqueo simbolizando el dominio del mundo. Detrás de este edificio se construiría la Plaza de Hitler ampliando y ornamentando la antigua Königsplatz para que pudieran entrar un millón de personas con una gran fuente de Apolo, realizada por Arno Breker, en su centro. El punto de inflexión llegaría tras la visita de Hitler en París en 1940. Tras una "ruta turística" se dio cuenta de que sus construcciones eran demasiado plomizas y les faltaban vistosidad y detallismo. Emprendió la proyección de otra Cancillería y una gran estación de tren con un monumento a Mussolini. Todas estas obras, exceptuando parte de la Gran Avenida y las Cancillerías, junto a otras obras anteriores como el estadio Olímpico de Berlín o el aeropuerto de Tempelhof, nunca se llegaron a realizar por el comienzo de la guerra en Europa y la desviación de fondos y recursos para la misma.



Maquetas del proyecto de Germanía 

Estadio Olímpico de Berlín

Aeropuerto de Tempelhof



Nueva cancillería del Reich

Avenida Unter den Libden durante la visita de Mussolini en 1937



Gran sala de Berlín


Arco del triunfo de Hitler

Schwerbelastungskörper


Documental sobre Germania












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